Por Zuel.
Hace muchos años, cuando tan solo era un joven ilusionado en el mundo del teatro y de la danza y que trataba de romper con un pasado gris tuve la oportunidad de tomar un curso de danza oriental gracias a la caprichosa mano de la casualidad. Me enamoré de este baile con la misma pasión con la que un joven puede enamorarse de una persona y hacer locuras de amor.
La danza oriental se convirtió en mi sueño. Cuando mis profesores de Interpretación elogiaban mi disciplina yo afirmaba que mi constancia no era disciplina, sino pasión.
Vivir un sueño con pasión me hizo llegar a lugares insospechados con personas insospechadas, conocer países no como turista, sino desde dentro, desde las casas de las personas, mano a mano, corazón con corazón, y vivir experiencias únicas.
El único secreto: tener un sueño e ilusionarme.
Me escriben chicos de países lejanos atraídos por la magia de la danza oriental pidiendo un poco de apoyo porque se sienten incomprendidos cuando dicen que les gustaría bailar danza oriental. La receta es siempre la misma: creer en tu sueño.
¿Cuánta gente no se atreve a hacer cosas, a vivir, porque deja de soñar o deja de ilusionarse y quedan sumidos en una rutina? ¿Merece la pena dejar de intentarlo? ¿Merece la pena asumir un fracaso antes de empezar a trabajar? ¿Ese es el estilo de vida que queremos?
Cuando uno tiene un sueño se vuelve vulnerable, es cierto. Te ilusionas y automáticamente todos se vuelven en tu contra: «no lo conseguirás», «ahí no hay futuro», «estás loco», «te comieron la cabeza»… Lo harán con el cariño de quien pretende dar un buen consejo o con no tan buena intención. Sea como sea tenemos derecho a tener una ilusión.
Tu sueño te lleva hasta las estrellas. Tu vida se vuelve poco común. Te conviertes en una persona diferente y conoces gente diferente. Cada día te ilusionas, te pones guapo y disfrutas. Un día nos moriremos y sería muy triste no haber vivido la vida intensamente por culpa del miedo al fracaso, al bendito fracaso, que no es más que la señal de que estás luchando por algo en lo que crees, y que no es más que el peldaño anterior al éxito.
Cuando me tomo las doce uvas de la suerte en nochevieja no pido unos deseos a ver si, con suerte, se cumplen. No. Asumo el reto de llevar a cabo mis sueños, los escribo y pongo mi energía en ellos. Entonces la suerte empieza a asomar por la ventana…
La vida es apasionante cuando la vives, no cuando te la cuentan. Apaga la tele, pon música, salta, ríe, baila, canta o hazlo todo junto. Mira el cielo, inventa formas con las nubes, huele una flor o inventa música con el sonido de unas escaleras mecánicas. Ser feliz depende de ti, del color con que miras la vida. Ser feliz es mi forma de reaccionar ante la vida, no la consecuencia. Si la vida es dura, nosotros más, si no no estaríamos vivos.
Dorados son los sueños, dorado (y añil) es el color es la danza oriental, así como dorado es el color de la vida. Cree en tus retos, abraza tus sueños, ilusiónate y pon tu energía en cumplirlos. Tu vida es tuya. Sonríele.
Bailar no es una actividad productiva en el sistema económico en que vivimos. Es de bohemios. Incluso puede que alguien se ría de ti porque bailas. Efectivamente, bailar no es productivo, pero hace feliz. Y una persona feliz estoy seguro de que rinde más en su trabajo y es más productiva. Y es que, lo mires por donde lo mires, bailar es lo mejor del mundo.
Hay que vivirlo para entenderlo.
«Volver a empezar» de Pablo Alborán.
Una canción muy motivadora para cantar, bailar y… vivir.
4 Responses to “Sueños dorados de danza oriental”
15/06/2012
Gemma MartíEres una de esas personas que deja huella en el alma y el corazón de quien ha tenido el honor de conocerte. Cada dia entiendo más a mi intuición cuando me grita que no abandone tu camino, que eres un gran guía, un gran maestro, espiritual y artista. Eres el maestro verdadero, genuino, el auténtico, el que se abre a los demás y se enorgullece de la evolución de sus alumnos, el que nunca se guarda nada para si mismo, porque todo lo ofrece. Y ya pueden pasar mil años más, que siempre sentiré que puedo ir a ti a beber, que nunca me quedaré con sed, porque siempre tienes alguna lección que enseñar, en la danza y en la vida. Y la ella le pido, a la vida , que seas siempre mi guia. Gracias por tus grandes lecciones. Dorado es el color de mi mirada, cuando miro hacia el futuro y veo a un gran hombre ejerciendo un grandísimo trabajo y dorado está mi corazón cuando siento dentro de mi cada uno de los consejos y cada aprendizaje tuyo. En los sueños hay alegrías y decepciones, pero nunca dejaremos de soñar y nunca abandonaremos un sueño. Ha sido una maravilla volver a leer tu entrañable artículo. Gracias por ser una persona especial y por lo que ofreces al mundo entero.
26/01/2012
PuriMaravilloso artículo, hay que ser valiente, seguir tu sueño, ¡y qué importa si les gusta o no a los demás! Es tu sueño y hay que seguirlo. Si no nunca serás completamente feliz. Bailar es lo mejor del mundo, nos ayuda a relacionarnos, a sonreír, a ser más felices y ver las cosas de otra manera.
Gracias por tu artículo, Zuel.
26/01/2012
ZahiraAún emocionada con lo que acabo de leer, intentaré dedicar unas letras a este tesoro de artículo. Cierto es que uno cuando tiene una ilusión muchas veces las personas, por protegerte o por miedo «meten la pata» y oscurecen un poco esa bonita luz que veías en tu ilusión, yo misma lo he hecho, sin querer , en alguna ocasión, pero me he dado cuenta de que cada uno es dueño de su vida, y que si nos caemos, debemos levantarnos, solos, y sin nadie por detrás que diga «te lo dije». Lo mismo si ganamos, si ganamos, ganamos solos, y nos sentimos orgullosos de nosotros mismos, sin necesidad de que nadie nos «felicite», porque el mayor premio lo sientes en tu interior, y el mayor fracaso tambien.
Cada día cuando salgo del trabajo, a parte de la motivación de ver a mi familia, estoy pensando en mi pasión «la danza», porque los que bailamos danza oriental hemos desarrollado una percepción de la vida diferente, al menos, a mí me ha pasado. Siempre he intentado vivir con filosofia, feliz, pero es que la danza y los maestros y personas que me he encontrado en mi caminar han hecho que desarrolle una percepción de la vida mucho más intensa y maravillosa. Así pues, cuando ando «floto», cuando miro veo más allá, cuando bailo todo mi cuerpo es emoción, cuando paseo por un parque con alguien especial… es algo que grabo para siempre, porque la vida es emoción, pasión, amistad, compartir y un culto a la felicidad.
Para terminar, diré algo, que siempre me gusta recordar a la humanidad «si dejas de decirle a alguien lo que siente tu corazón, eso nunca habrá existido» así que arrepiéntete de lo vivido y no de lo que hubieras querido vivir.
Enhorabuena por el artículo, Zuel, me ha emocionado mucho.
25/01/2012
CarolinaGracias, Maestro, es una belleza.
Con el tiempo he ido aprendiendo que si pones pasión, ilusión, constancia y voluntad los sueños se cumplen y los fracasos forman parte de la vida y creo que son para aprender a mejorar. Si hago balance de mi vida creo que puedo afirmar que poco a poco he ido consiguiendo con todo aquello que he soñado.
Uno de mis sueños era aprender a BAILAR Danza Oriental y por fin lo hago y de verdad que me hace sentirme la mujer más feliz del mundo y me ha enseñado a valorar muchas cosas a las que antes no daba importancia y a conocer a gente maravillosamente increible.
Tenemos que aprender a «SER DISFRUTONES DE LA VIDA» hasta con las cosas más pequeñas o que nos puedan parecer insignificantes.