Por Zuel
“Hay dos tipos de bailarinas. Las que nacen para ello y las que aprenden por la práctica. Yo soy del primer tipo. Nací para bailar. Es algo excepcional, un regalo de Allah”. Nagwa Fouad.
La sensualidad es un atributo inherente al femenino arte de la danza oriental. Esta sensualidad no siempre está bien vista por todos los sectores de una sociedad como la egipcia. Mientras algunos cuestionan en exceso la libertad de las bailarinas, también hay quienes, en otro extremo, hacen un uso ofensivo de la libertad artística.
Si hay una bailarina que ha jugado en el límite entre lo halal y lo haram ha sido Nagwa Fouad, siempre envuelta en la controversia. Amada por unos y criticada por otros ha sido, sin duda, una de las grandes bailarinas de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo, hasta el punto de ser una clara influencia en futuras estrellas como Dina. Su fuerte personalidad, la sofisticación de sus trajes, su sensualidad e incluso su erotismo son considerados los puntos más destacables de su novedoso e inconfundible estilo.
Nacida en Palestina en 1941 y huérfana de madre, su familia huyó a Egipto en 1948 y pasaron fuertes penurias en un campo de refugiados cercano al canal de Suez. Con 14 años huyó a El Cairo para evitar la boda concertada con su primo. Allí tuvo que buscarse la vida como pudo y la danza significó su forma natural de salir adelante. Trabajaba en la oficina de un representante artístico cuando conquistó a Ahmed Fouad Hassan, director de la orquesta de Umm Kulzum, con quien se casó. El músico consiguió abrirle las puertas al estrellato.
En 1959 fue elegida, conjuntamente con la bailarina española Dalilah, para representar a Egipto en la fastuosa inauguración del Nile Hilton Hotel, el primer gran hotel internacional que abría sus puertas en Egipto. Para la fiesta se fletaron varios aviones repletos de estrellas de Hollywood como Martha Hyer, Jane Russell y Van Johnson, que convirtieron la ocasión en un evento de relevancia internacional. Este mismo año comenzaría su imparable carrera cinematográfica.
Una vez divorciada de Ahmed Fouad Hassan, se casa con Kamal Nahum, director del Ballet Nacional de Egipto, aunque la historia amorosa no duró mucho tiempo.
Tras el consiguiente divorcio vino su tercer matrimonio, en esta ocasión con el director general de El Cairo Sheraton Hotel, el hotel que rivalizaba con el Hilton, y estuvo contratada como bailarina destacada en su night club, que era uno de los más lujosos y caros de la ciudad.
Allí Nagwa enriqueció su espectáculo con danzas del Golfo Pérsico, pues el local era frecuentado por turismo saudí de alto nivel y era importante agradar a este público.
Según Mourad, el término bailarina de danza del vientre es para divas baratas, de las que El Cairo está repleto.
Según Rashad Mourad, el entonces director de relaciones públicas del hotel: «Ella ha hecho una evolución en la danza y nosotros intentamos ponerla en una atmósfera respetable. No es sólo sacudir el vientre para los borrachos o los que sólo quieren ligar con mujeres. De hecho no nos gusta el término bailarina de danza del vientre. Nosotros usamos el de bailarina de danza oriental. Bailarina de danza del vientre es para divas baratas, de las que El Cairo está repleto”. (1)
A pesar de la enorme fama de que gozaba y del gran público que la seguía, sus detractores lanzaban fuertes críticas contra ella. “Están aquellos que dicen que era sólo una bailarina mediocre más hasta que un amante con influencia la convirtió en estrella, aquellos que la recuerdan cuando era una secretaria bien mirada del supuesto rey del cine porno de El Cairo.” (1)
Entre sus enemigas se encontraba la mismísima Tahia Carioca. La más respetada de las bailarinas egipcias lanzó en una ocasión un violento ataque contra Nagwa Fouad afirmando que era muy pretenciosa y que no entendía nada de esta danza (2). Nagwa no contestó a las palabras de Tahia Carioca. A pesar de que Nagwa Fouad es conocida por sus continuos ataques a otras bailarinas (3), supo respetar a la gran dama y no quiso polemizar con ella.
Muchos de los ingresos que obtuvo durante su carrera artística los reinvirtió en una productora con la que grabaría decenas, si no cientos, de vídeos musicales protagonizados, en su mayoría, por ella misma. «Yo he puesto influencias europeas en mis danzas. Son muy diferentes de las tradicionales y quiero preservarlas en películas para que las vea la gente en el futuro» (1).
En una entrevista publicada en el libro de Shokry Mohamed “El Reinado de las Bailarinas” Nagwa Fouad responde a una pregunta sobre el tema de legalizar la danza oriental y darle otro aspecto. “De eso hemos hablado durante muchos años pero los responsables del Ministerio de Cultura nos dieron la espalda. Respecto a la procedencia de nuestra danza se remonta al Antiguo Egipto. Esta danza fue respetada y admirada, y forma parte de nuestra cultura. Hoy en día en Occidente la cuidan mucho más que nosotros. Se enseña en universidades y en escuelas especializadas. En Canadá y Estados Unidos, a nosotros, los profesionales de la danza, nos ven y nos reciben con respeto y una admiración que nunca he visto en ningún país árabe. En Oriente no es así. Una gran parte sigue pensando que la bailarina es una fulana. En este arte hay muy pocas que han hecho algo por él, y yo soy una de ellas”.
REFERENCIAS
(1) Cairo bash, por Thomas W. Lippman. Las Vegas Review Journal. 7 noviembre 1977. Nevada.
(2) La Réforme Illustré de Dimanche. 12 julio 1959. Alejandría.
(3) El Reinado de las Bailarinas, por Shokry Mohammed. Las Pirámides. 2005. Madrid.
3 Responses to “Nagwa Fouad, la bailarina controvertida”
08/07/2015
AnaisEs curioso saber sobre las bailarinas de esta época. y sorprendente, gracias.
22/06/2015
B. HayatBailará muy bien y será muy grande, pero vaya tiparraca está hecha. A mí este tipo de gente me da miedo.
12/06/2015
Dolores M.Mi idolo. Yo también nací para bailar árabe.