Por Zuel.
El baúl cerrado de los recuerdos está lleno de grandes bailarinas que cayeron en el olvido para la Historia de la danza oriental. Bailarinas que escribieron páginas de oro en el libro de la danza egipcia y cuyas letras se difuminaron en la distancia.
Esa Historia más o menos oficial y totalmente cairocentrista se ha olvidado de aquellas bailarinas que salieron de Egipto y exportaron el baile a los cinco continentes y que, gracias a ellas, hoy la danza oriental es un arte que sigue vivo en todo el mundo mientras en Egipto subsiste a escondidas y a regañadientes en eventos para turistas y antros de mala muerte.
Entre las bailarinas que más aportaron a la danza oriental escénica ya conocemos a Dalilah, y en esta ocasión nos centraremos en las Gemelas Gamal, unas bailarinas entre cuyos admiradores se podían ver al rey Farouk y Richard Nixon, y que protagonizaron películas y portadas de revistas internacionales.
Entre los cabarets que surgieron en Egipto durante la Segunda Guerra Mundial, y entre cuyo público había legiones de soldados extranjeros, se encontraba el Helmieh Palace. No era una sala de fiestas céntrica, pero entre su programa artístico se ofrecían espectáculos y conciertos al gusto de la nueva moda que se estaba imponiendo en el mundo árabe.
Uno de los espectáculos estrella de Helmieh Palace fue el las Gemelas Gamal. Unas hermanas muy dinámicas y creativas, que ofrecían coreografías muy bien coordinadas de un incipiente y novedoso raks sharki.
Este cabaret supuso el trampolín internacional a las gemelas Gamal, que participaron en numerosas películas egipcias con sus números de baile y con los que se ganaron una reputación que fue mejorando con el tiempo. Entre los apodos, tan del gusto egipcio, con los que el público las bautizó se decían “los maravillosos placeres egipcios”, “las amadas bailarinas del Sultán” o “las muñequitas de Egipto”. En ocasiones se las presentaba como Laila y Lamia, aunque su nombre más conocido fue Lys y Lyn.
La Biblioteca Nacional de Jerusalén recibió recientemente una donación con el archivo personal de las hermanas Gamal con cientos de fotografías y recortes de periódicos que revelan una serie de secretos bien guardados durante casi un siglo. No eran gemelas, ni árabes, ni se apellidaban Gamal. Helena y Berta eran judías y sus padres procedían de Europa del Este.
No eran gemelas, ni árabes, ni se apellidaban Gamal. Helena y Berta eran judías y sus padres procedían de Europa del Este.
Helena y Berta Alpert nacieron en 1930 y 1932 en Alejandría, Egipto, hijas de una pareja de músicos. Su padre, Fishel, originario de Czernowitz (ahora en Ucrania, anteriormente en el Imperio Austrohúngaro, Rumanía y la Unión Soviética), se mudó a Viena, donde fue violinista de la orquesta sinfónica. A fines de la década de 1920, por razones desconocidas, se mudó a Egipto. Conoció a su esposa, Jenny (Janine), cantante de ópera y también hija de inmigrantes de Europa del Este, en Alejandría. Durante la Segunda Guerra Mundial, la familia se mudó a El Cairo. La población judía de la capital egipcia era de unas cuantas decenas de miles en ese momento. La familia era sionista, pero no hacían un especial alarde de sus creencias religiosas.
“Nuestro padre quería que fuéramos violinistas, pero a los 5 años comenzamos a ir a clases de ballet», según los recortes encontrados en el archivo de la biblioteca. Las hermanas descubrieron que tenían el mismo maestro que las hijas del Rey Farouk. Muy pronto, además del ballet clásico, tomaron lecciones de danzas del Medio Oriente y descubrieron un talento extraordinario para los movimientos. Muy jóvenes empezaron a bailar en fiestas benéficas y luego en películas (30 aproximadamente). La fama llegó pronto y actuaron junto a artistas de la importancia del cantante Mohamed Abdel Wahab y las bailarinas Tahia Carioca, Samia Gamal y Naima Akef.
Al principio sus padres no aprobaban la profesión de las hermanas, pues consideraban que podrían exponerse a una vida licenciosa y llena de peligros. La familia pasó por críticos momentos económicos y ellas actuaban en secreto para mantener a la familia, aunque la madre, conocedora de esto, las acompañaba siempre para protegerlas. Cuando les llegó la fama ya no fue posible mantener a su padre en el engaño.
El éxito llegó también en el extranjero, especialmente en países asiáticos durante los años 50: China, Japón, Filipinas, Tailandia, Camboya, Celián o Turquía, aunque también fueron presa de la censura en alguna película por ser calificado su baile de poco decoroso.
Tras la llegada de Nasser al poder en 1952 y la guerra de 1956 en la que Egipto recuperó el Sinaí a Israel muchos judíos salieron de Egipto. Los frecuentes viajes de las gemelas Gamal al extranjero despertaron las sospechas de las autoridades militares sobre un posible caso de espionaje y se emitió una orden de arresto contra ellas.
Los frecuentes viajes de las gemelas Gamal al extranjero despertaron las sospechas de las autoridades militares sobre un posible caso de espionaje y se emitió una orden de arresto contra ellas.
No volvieron a pisar tierras egipcias y se mudaron a Estados Unidos, donde alcanzaron la fama fácilmente como pioneras del raks sharki. Aunque no pudieron alcanzar su sueño de grabar una película en Hollywood debido a que ambas contrajeron matrimonio con hombres de negocios que desaprobaban su ocupación como bailarinas de clubes nocturnos. Así que se conformaron con dedicarse a la enseñanza.
Helena (también conocida como Lyn, Lamia) murió en Nueva York en 1992. Berta (también conocida como Lys, Laila), vivía en Connecticut y falleció en 2016. Ninguna de las dos tenía hijos. Las dos muchachas judías que triunfaron como bailarinas árabes nunca más volvieron a Egipto, y Egipto se olvidó de ellas.
In memóriam Lys y Lin, las gemelas Gamal.
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