Por J. Alberto Mariñas.
Todas las regiones del mundo tienen su folclor y sus tradiciones y la danza cuenta con un importante lugar entre ellas. En ese sentido, el acerbo cultural del lo que de una forma tan simplificada llamamos «Oriente» es enorme como enorme y diversa es la cantidad de pueblos y grupos étnicos que engloba tan genérica denominación.
Dando esto por hecho, en mi opinión, la inmensa mayoría de las páginas web que he visitado, cuando hablan de la historia de la danza del vientre, olvidan mencionar que más allá de sus raíces históricas, su importación a occidente no parte realmente de una comprensión genuina de la tradición cultural en la que nace.
Occidente llega a amar la danza del vientre no mediante la apreciación real de las manifestaciones folclóricas del medio y lejano oriente y del Norte de África, sino a través de una recreación altamente mistificada y sincrética de ellas que tiene su origen no en la propia realidad de esas regiones, sino en una transmisión de ellas metamorfoseada por pintores, literatos y fotógrafos que crearon, especialmente en el siglo XIX, un universo de exotismo y evocación conocido de manera genérica como Orientalismo.
Gracias, y es una forma de hablar, al Orientalismo creció en occidente una imagen estereotipada y altamente sensual, de regiones con fronteras borrosas y desconocidas para la inmensa mayoría de los ciudadanos. El Orientalismo convirtió Oriente en un universo impreciso, lujoso y recargado en el que se sublimaban deseos masculinos irrealizables: psicalípticos harenes, indolentes odaliscas, esclavas complacientes, bailarinas lascivas, hammanes repletos de mujeres desnudas…
El gusto por lo oriental, en realidad cuenta con una tradición centenaria en occidente, estaba presente antes del Orientalismo y cuando aquel quedó periclitado siguió implantado con vigor, adoptado por nuevas tendencias como el art decó y fuertemente popularizado por el cine.
Algunas hábiles artistas de variedades, atentas a lo que sucedía en su tiempo, se apresuran a dar corporeidad a ese imaginario colectivo de lo oriental y crean, más que recrean, lo que devino en la danza del vientre. Ni Mata Hari, ni la Bella Otero ni prácticamente ninguna de las artistas que popularizaron el género tenían conocimiento alguno de sus raíces, ni contaron con la oportunidad de estudiarlo in situ, pero todas ellas supieron convertir la tendencia en moda y subirse en la cresta de esa ola para promocionar su arte.
Si se echa un vistazo a postales coetáneas de bailarinas orientales y bailarinas «orientalistas» las diferencias saltan a la vista. El atuendo sensual y provocativo sólo está presente en occidente para deleite de una sociedad mucho más desinhibida y permisiva que la oriental.
Después pasaron los años, nacieron los medios de comunicación de masas y el contacto entre culturas, el cine, presente ya en todo el mundo, sirvió para atravesar fronteras y también para transportar estereotipos. Al final, como sucedió también en su momento con el tango argentino, se produjo un movimiento de rebote continuado mediante el cual el imaginario de occidente alimentó a oriente tanto como había ocurrido al revés. Fruto de este proceso es el actual fenómeno de la danza del vientre que a su escala, es un movimiento tan universal y localmente adaptado como cualquier otro, eso sí, con una permanencia y unas raíces que lo distinguen de los puramente pasajeros.
8 Responses to “El otro origen de la danza del vientre”
06/05/2017
ZaidaDennise. .youm wara youm ( día tras dia) es simplemente música moderna punto.
06/05/2017
ZaidaMuy bueno. Llevo toda mi vida en la danza del vientre, y confieso que me agota todo ese misticismo ridículo que la rodea, sobre todo después de vivir en Egipto y haber trabajado allí, y darme cuenta de lo que en realidad significa a nivel público. La danza del vientre mal llamadas y en realidad, no es más que un baile maravilloso que disfrutan las mujeres egipcias sobre todo cuando están entre ellas, en fiestas, reuniones familiares etcétera. Aquí se vende y se rodea de misticismos varios, se mezcla con los chakras, el yin, el yang, y demás orientalismos o extremo orientalismos de moda, para que sea más fácil de vender, en una sociedad alejada de lo espiritual y que necesita buscar nuevas fuentes espirituales. Siempre digo que no tenemos vídeos de cómo se bailaba en el antiguo Egipto, y si bien en el Museo del Cairo se pueden encontrar instrumentos muy similares a los que se utilizan hoy en día, no existen ni partituras, ni videoclips de la época que nos puedan decir que realmente la danza del vientre tiene semejanza con la que ellas danzas de hace miles de años. Da gusto leer artículos esclarecedores, lejos de tanto misticismo barato. Un saludo
27/03/2014
NombreGracias a este artículo tan clarificador. En esta misma línea recomiendo el libro del maestro Shokry Mohamed, La Mágica Danza del Vientre, que seguro muchas habréis leído ya.
Siempre es un placer leeros.
Un saludo,
Nuar
26/03/2014
MARICARMEN RANGELNunca llegaremos a saber como se desarrollaban estas Danzas, en los Harenes de los Sultanes. Sí sabemos que todas las esposas estaban al Servicio del Sultán a cualquier hora del día y de la noche. Y que eran entregadas y vendidas, como monedas de cambio, o «trueque» de un Sr. a otro. En pago por un favor o por venta de «mercaderías». A veces tenían suerte las bailarinas y mejoraban su situación de vida y otras veces empeoraban. No olvidemos que aunque «bailarinas», esposas Y MADRES, eran también ESCLAVAS. Creo que en el fondo de todo esto, había más crueldad que felicidad; si comparamos la vida que hoy llevamos todas las mujeres.
Debemos agradecer todas, no haber nacido en esa época.
25/03/2014
ChristianeGracias J. Alberto Mariñas, siempre se agradece la difusión de articulos como éste, que nos acerquen a los orígenes y nos lleven a lo profundo de esta danza, para valorarla en su justa medida.
15/10/2013
DenisseBuenos días:
Quiero saber, la canción moderna youm wara youm que canta Samira y cheb mami que clase de música oriental es, a que ritmo pertenece.
Gracias por su colaboración
18/03/2012
GemmaSiempre me picaba la curiosidad saber si lo que salía en las películas de los harenes, las bailarinas, etc. se correspondía con la realidad. Gracias a este artículo y a las enseñanzas de uno de mis maestros he sabido lo que es el «orientalismo». Menos mal que alguien se ocupa de que no solo aprendamos a bailar, sino que sepamos el cómo, el porqué y un poco de cultura que siempre va bien. Gracias por cuidar estos aspectos de la danza.
08/10/2010
CaroMe encanta que se haga esta aclaracion puesto que estoy aprendiendo la danza y me interesa mucho la connotacion atras de la danza que se le da, y la que realmente tiene es una danza especial para las mujeres con el fin de el disfrute de danzarla no tanto de espectaculo en si.