Por Norma Vila y Michel Gasco.
El laúd árabe es el instrumento rey de la música árabe. Tradicionalmente los cantantes lo utilizaban para acompañarse en sus canciones y como instrumento imprescindible en la orquesta árabe. A mediados del siglo XX y gracias a músicos como Jamil y Munir Bashir, esto cambió radicalmente y ahora también se utiliza como instrumento solista, de modo que hoy en día se puede asistir a un concierto solo de laúd árabe. Muestras de ello son los laudistas Hussain Sabsaby (Siria), Naseer Shamma (Irak) o Said Schraibi (Marruecos) entre otros muchos.
El laúd es un instrumento antiquísimo que nació en la Antigua Mesopotamia y se extendió por toda Asia con la Ruta de la Seda y entró en Europa por España con la Conquista Islámica. En los tiempos de Abderraman II, en el siglo IX, llegó desde la escuela de los Mossulies de Bagdad un músico de origen persa llamado Zyriab, que creó las primeras escuelas de música en la península. Ademas Zyriab, ya afincado en Al-Andalus, modificó el laúd tradicional de cuatro órdenes y le añadió la quinta cuerda.
En esta época cada cuerda tenía su significado y simbolizaban un humor del cuerpo humano: la primera, teñida de color amarillo, la bilis; la segunda cuerda, de color rojo, la sangre; la tercera, de color blanco, la flema; la cuarta, negra, la bilis negra o melancolía; y Zyriab introdujo la quinta cuerda, tambien roja, que simbolizaba el alma. (En la medicina antigua se creía que los humores o flujos orgánicos eran los causantes de las enfermedades; las artes y las ciencias estaban muy unidas y por ello se le daba esa simbología a las cuerdas del laúd). Para Zyriab, esa cuerda que añadió, representaba el puente entre la música y el alma.
Zyriab también cambió el plectro de madera por el de pluma de águila, que proporcionaba un sonido mas limpio y delicado.
También en Al-Andalus se generalizó el uso de rosetas en la tapa de los instrumentos, con lo que el laúd árabe adoptó aquí una estética bastante similar a la que se ha conservado hasta nuestros días en los Países Arabes.
En la actualidad podemos encontrar laúdes de corte similar al que se exportó de la Andalucia musulmana, pero con las variaciones lógicas que han sufrido con el paso de los siglos: a partir de los anos 50-60 se dejaron de construir laúdes de 5 órdenes y ahora solo encontramos de 6 órdenes e incluso de 7.
También en esta epoca, la construcción de laúdes árabes sufrió un cambio de dirección hacia la búsqueda de un sonido con más potencia que cubriera las necesidades del laúd solista, aunque conviviendo con el tradicional. Uno de los primeros cambios consiste en prescindir de la roseta central dejando la boca libre (como en la guitarra) e incluso se prescinde de ella en las otras 2 bocas. El objetivo de este cambio es evitar que la roseta obstruya la salida del sonido.
La otra modificación más significativa llevada a cabo en el siglo XX fue la de cambiar el puente fijo (como el de la guitarra), adosado a la tapa, por uno móvil (como el de la mandolina) haciendo que las cuerdas descansen en la parte final del cuerpo del laúd, lo que hace que las cuerdas adquieran mas tensión y con ello mas potencia y volumen.
A parte de estas generalidades nos podemos encontrar diferentes estilos y estéticas dependiendo del país, ya que podemos encontrar laúdes árabes desde Marruecos hasta Irak. También en Iran y Turquía existen laúdes similares al árabe, el laúd turco y el barbat iraní.
One Response to “El laúd, rey de la música”
19/11/2014
Juan Morera Argerich«EL LAÚD, REY DE LA MÚSICA»
El Laúd (Tenor), en España, desde mi punto de vista, es un gran instrumento, infravalorado frente a la Bandurria (Laúd Soprano) y como demuestra el artículo que antecede, si bien no estamos hablando del mismo instrumento, pero si del pariente más cercano,
debería ser objeto de mayor atención por parte de los profesores de instrumentos de púa, pues como bien es sabido es el gran desconocido, quizá porque tiene alguna dificultad añadida respecto a los demás instrumentos de púa. Quizá estemos esperando su descubrimiento por algún virtuoso, como le ocurrió al Violoncelo. Lamentable…