Por Zuel.
Los gitanos nos conquistan. Nos conquistan de nuevo con la sencillez, la pureza del alma, la alegría y la ilusión. Todos los presentes sentimos que sus cánticos nos están limpiando el alma con un baño que nos acerca al sentimiento que deben sentir los sufíes cuando danzan o los musulmanes cuando rezan en las mezquitas. Estamos en el cielo.
«Dil Mastana» llegaron a Madrid desde el corazón del desierto del Thar, en Rajasthan. Son músicos legendarios en India, donde les llaman «Kalakar», que significa «trabajadores sagrados del arte«, y son descendientes de la antigua casta Lhanga, muy importante en la tradición del cante. Se sienten responsables de mantener una riqueza cultural que la Unesco nombró como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad junto al Flamenco, pero esto no quiere decir que se cierren a la evolución del arte.
La riqueza de los cantos de Dil Mastana va desde lo festivo a lo místico, del folclore a lo religioso, aunque hemos experimentado que, sea cual sea la música que toquen, nos eleva el espíritu y nos provoca sentimientos de hermandad, alegría y espiritualidad. Sus caras lo dicen todo. Son felices y lo transmiten.
En Europa son muy queridos desde 1994, cuando el grupo se hacía llamar «Musafir». Han trabajado con artistas como Natasha Atlas, Miguel Poveda, Enrique Morente y con importantes gitanos flamencos que luego nos explicarán. A España vienen desde hace varios años gracias al apadrinamiento de Rajendra Kumar.
La tertulia surgió una tranquila mañana de domingo, cuando nos encontramos Edu Khan, Bachu Khan, Nizam Khan, Dilbag Raj, Sikta Devi, Larissa Vesci y Zuel.
Sikta nos sirve un té reconfortante con pastas. Estamos un poco dormidos.
Zuel: Sikta, tú que has sido la culpable de esto… ¿Cómo los conociste?
Sikta: Conocí a parte de ellos hace ocho años en Alicante. Son familias muy grandes que viven en poblados por el Rajasthan. Entonces estuve trabajando con ellos un tiempo porque coincidimos en un trabajo y, a partir de ahí, los fui a visitar y, durante todos estos años, mi sueño siempre ha sido que pudieran venir a España. Han venido muchas veces, han trabajado con varios grupos, pero mi idea era que vinieran a enseñar. Entonces esto ha sido una ocasión de celebración absoluta.
Zuel: ¿Qué te enganchó de ellos?
Sikta: El ritmo, la alegría. Hay algo ahí, un sentimiento que no alcanzo a entender por qué me gusta tanto, por qué me acuerdo de las canciones o tengo la necesidad de aprendérmelas… o no lo sé. Sobre todo el color, la alegría. La alegría de los que parece que tienen muy poquito pero en realidad lo tienen todo. ¿Qué más necesita una persona qué ilusión y felicidad? Nos pasamos la vida buscando la felicidad. Y la felicidad es algo que ni se compra ni se adquiere ni está en los bienes materiales. Pues eso: la felicidad, el color, la alegría…
LOS GITANOS Y LA MÚSICA
Zuel: La historia de los gitanos es ágrafa y, en muchas ocasiones, es inventada por ellos mismos para protegerse durante las persecuciones. Hay leyendas que los relacionan con dioses, dicen que vienen de los faraones o que descienden del rey Salomón. Vosotros no habéis tenido esa necesidad. ¿Conocéis vuestro origen?
Bachu: Nosotros venimos de gitanos antiguos que vinieron al Rajasthan. Nosotros venimos de una cultura que existía antes del actual estado. Es cierto que no usamos la escritura, entonces recibimos unas tradiciones orales del pasado, tanto de música como de baile, y tenemos las responsabilidad de conservarlas y transmitirlas para que el mundo las conozca.
Zuel: ¿Y sobre los oficios?
Bachu: Los mismos que los gitanos de aquí, sobre todo cantar y bailar.
Zuel: ¿Os gusta viajar?
Bachu: Sí, mucho.
Zuel: ¿A todos los gitanos les gusta viajar?
Bachu: Sí, a la mayoría. Llevamos siglos haciéndolo.
Larissa: Con respecto a las mujeres… ¿Siguen ellas conservando las tradiciones?
Dilbag: Nuestras mujeres siguen la tradición de mantener el hogar y no trabajar en la calle. Nuestros hogares son tradicionales: madres, padres, hijos… y las mujeres son las que hacen las labores del hogar. Los matrimonios son acordados por los padres desde una temprana edad, sin embargo, hoy día se ha modernizado un poco el asunto. Las cosas van cambiando. Ya no nos casamos tan niños, sino entre los 19 y los 22 años. Seguimos la tradición musulmana pero solamente tenemos una mujer y nos casamos para toda la vida.
Zuel: Bachu, tú eres el líder musical. Cuéntanos sobre los tipos de música que tocáis y vuestras danzas.
Bachu: Existen música sufi, Bhajan (plegaria), Folk, Classical, Hindi, Marwari (música local de Rajasthan) y Qawwali. Nosotros tocamos sufi y folk. Y luego tenemos danzas folclóricas como Kalbelya, Banjara, Ghumar, Bhawai, Teretaal (origen sufi), Matki dance y Kachighori. Y como danza religiosa tenemos la danza sufi.
Zuel: En España la relación entre danza y religión no siempre ha sido buena. Yo me eduqué en un colegio en el que nos enseñaban que la danza no estaba bien vista e incluso era algo «pecaminoso».
Bachu: La relación entre la música y la danza y la religión para nosotros es buena. Es nuestra vida y una parte de nuestra música y danza es religiosa y nos acerca a Dios. Somos musulmanes. La música nos ayuda a integrar la cultura musulmana con la hindú, que en nuestro pueblo conviven juntas. El giro sufí obedece a los ritmos de la naturaleza y estamos muy conectados con ella.
Zuel: ¿Podéis imaginar un mundo sin música?
Bachu: Sí (con seguridad y sonriendo).
Zuel: Repito la pregunta pensando que no me han entendido.
Bachu: Sí, si no hay música nosotros cantamos (risas).
Zuel: ¿Todo el mundo baila y hace música en vuestra familia?
Bachu: Sí, todo el mundo. Todos los Lhanga cantan, tocan instrumentos y bailan, pero lo más importante es el cante.
Edu: Los bebés, desde antes de nacer, en el vientre materno, ya sienten el ritmo y, cuando nacen, tienen el ritmo y, cuando lloran, lloran al ritmo.
Larissa: Sabemos algo sobre la existencia de un gran maestro llamado Kánipal. ¿Qué importancia tiene?
Bachu: Esta es la mejor pregunta que nos han hecho nunca. Esto demuestra el interés que tenéis. Kánipal es un gurú para los gitanos, el maestro que sembró las bases del folclore Kalbelya, y que hacía un trabajo de encantador de serpientes. Entonces, la danza lo que hace es recrear el movimiento o el encantamiento de la serpiente, de la cobra en concreto. Nunca nadie nos lo ha preguntado. Kánipal nació en Rajasthan en una familia en la que algunos de sus hermanos se dedicaban a la vida mundana y otros a rezar y seguir las tradiciones religiosas sufíes. Él se dedicó a evolucionar a través del encantamiento de serpientes y de la música. Fue el precursor del Kalbelya.
En el baile flamenco de Saray Montoya se observan muchos elementos comunes con el Kalbelya.
Zuel: ¿Encontrais similitudes entre los ritmos flamencos y los vuestros?
Bachu: Los ritmos son muy similares pero con algunos cambios. Desde hace años atrás los flamencos también han introducido elementos indios como la «tabla», lo que hace que el vínculo sea mayor aún.
Larissa: ¿Qué ritmos son los más cercanos?
Dilbag: Rumba y siguiriya, que equivaldrían con los ritmos darwari y sindhibhairyi.
Zuel: Y tú, Larissa, como bailaora… ¿Qué similitudes encuentras en cuanto a la danza?
Larissa: Hay mucho del estilismo corporal, el «pellizco» y la interpretación. Donde más se ve es en las bailaoras antiguas del sur de España, que tienen pinceladas corporales del Kalbelya. En los tangos y rumbas flamencas hay un tipo de marcajes característicos. Por ejemplo, «pasos de caballo», versiones orientales y más sofisticadas de chassé o chassé reverso, balancé -«a tierra» o a contratiempo- y pas de vals.
También hay derivaciones de port-de-bras de tercera y cuarta posición, así como de sinuosidad del torso en tipos de cambré y traslación muy característicos y rotaciones ancestrales hacia dentro de muñecas.
En la parte sinuosa del flamenco también hay pasos de Kalbelya ligeramente evolucionados, como las vueltas quebradas o de pecho.
Otra herencia de esta parte de la India o con el folclore de Rajasthan es el caso de las danzas Goomar, en las que las bailarinas bailan a la letra, a lo que expresa la canción. El flamenco, esencialmente, nace del cante. El flamenco también baila a la letra.
Todo esto se ve en bailaoras como «La Singla», Micaela Flores Amaya «La Chunga», Juana «la del Pipa» y, sobre todo, Saray Montoya, del clan Farruco. También se pueden ver ciertas pinceladas de Kalbelya en algún vídeo de Carmen Amaya siendo una niña.
Larissa Vesci: ¿Se observan similitudes entre vuestros patrones rítmicos y el dokuz sekiz o base del karsilama turco?
Dilbag: Sí, hay similitudes en el ritmo. Aunque no tantas como con los ritmos flamencos y los árabes.
Larissa: ¿En qué otro país en el que haya una presencia social gitana se han sentido identificados con su folclore tanto como en España?
Bachu: España es el que más. Nunca como con el flamenco.
Sikta: Spain, nena, Spain.
Bachu: Después del flamenco, la música árabe. El árabe tiene pinceladas, pero el flamenco es el que más.
Durante la tertulia nos regalaron algunos momentos musicales en los que cantan con castañuelas, se arrancan por tangos e incluso hacen un mano a mano entre castañuelas y khartals.
CORAZONES A MIL POR HORA
Zuel: En nuestra sociedad occidental en «crisis» parece que vivimos sin ilusión por la vida. Sin embargo, vosotros tenéis la ilusión en la mirada. ¿Qué cosas os ilusionan?
Bachu: Que la gente recibe la música y la danza con el corazón. Se les pone el corazón contento… y bailan. Hay mucha conexión con el público y con Dios. La gente sonríe, asiente con el corazón. Eso es «mastana».
Zuel: ¿Ese es el secreto de vuestro éxito en Europa?
Bachu: Hay mucho mucho interés por parte del público europeo. Hace a la gente feliz y nos gusta mucho. Tratamos de llegar al corazón de la gente.
Zuel: Intuyo el significado de «Dil Mastana».
Dilbag: Dil es «corazón». Mastana es «como loco». Es un estado de gracia, un estado alterado de conciencia… es como el «duende», cuando artista y público se sienten en conexión con Dios. Es algo sobrenatural. En las danzas clásicas indias se conoce como «rasa».
Zuel: Me recuerda al «tharab» en la música árabe.
Dilbag: Sí, es la felicidad.
MENSAJE PARA EL MUNDO Y LOS FLAMENCOS
Larissa: ¿Qué queréis decir al mundo como exponentes emblemáticos de la danza Kalbelya?
Dilbag: Nosotros queremos conservar, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, las tradiciones. Nos sentimos una especie de «custodios». Queremos que no se pierda la tradición porque Kalbelya ya pertenece a todos los países, no es solamente nuestro.
Larissa: Y a los flamencos… ¿Qué mensajes les das?
Bachu: El Flamenco y el Kalbelya fueron nombrados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco al mismo tiempo. Que siempre recuerden que nosotros formamos parte de sus orígenes, que lo tengan en cuenta y que, al haber recibido el nombramiento conjuntamente esperamos que, igualmente, desde la tradición surjan nuevos retoños artísticos. Somos hermanos. No hay que parar. No hay que detenerse.
Bachu: Estamos muy muy agradecidos por esta entrevista que nos habéis hecho y apreciamos mucho el interés.
Larissa: Estamos muy agradecidos porque son historia viva y entendemos que hablar con ustedes es acceder a información histórica de raíz, ya que no tienen tradición escrita.
Bachu: Por favor, no se olviden los gitanos que nosotros formamos parte de sus raíces.
Sikta: ¿Sabéis cuándo volvéis?
Bachu: El año que viene.
Zuel: Os esperamos con los brazos abiertos y el corazón como loco.
EPÍLOGO
Después de conversar, bailar y cantar con ellos percibimos que todo esto ha sido un regalo de la madre tierra. Hemos vivido experiencias sobrenaturales con ellos durante varios días, unas experiencias que nos han marcado profundamente. Han dejado huella.
Queríamos retribuirles a estos seres tan humildes y con tanta grandeza con algo de la propia tierra desde el otro lado del mundo, el Amazonas, de los otros indios: cinco semillas de Sarrapía que Larissa había traído en uno de sus viajes. La Sarrapía tiene múltiples usos medicinales y como aromatizante y también era utilizado como talismán por los indios del Amazonas.
4 Responses to “Dil Mastana: la locura musical de Rajasthan”
12/11/2012
GemmaAyer vi la película «Latcho Drom» y la recomiendo 100% para entender más la vida y la importancia de los gitanos para la cultura , la danza y la música. Un viaje que merece la pena ver.
28/09/2011
AlimaQué arte el video de Saray Montoya, me ha encantado.
26/09/2011
LucíaTengo el corazón loco, me palpita a mil por hora, me habéis introducido en el mundo de los gitanos de Rajastán sin tener ni idea de su cultura e historia, y me ha parecido apasionante.
Me he partido de la risa con la pregunta «¿Podéis imaginar un mundo sin música?» y la respuesta es «Sí», me he quedado «blanca» porque yo no imagino un mundo sin música… suerte que luego viene la aclaración a continuación… jajajajajajajajjaa. Y lo de que los bebés lloran al ritmo, me parece precioso y estoy segura de que es muy cierto, ya en la barriguita perciben los sonidos y las voces, no me extraña que lloren con «arte». Me he quedado impresionada con la cara de felicidad que llevan todos en todas las fotografías, que bonito vivir la vida así.
Otra cosa que me ha impactado es el comentario que haces personal, sobre lo de que a ti te enseñaron que la danza era algo casi «pecaminoso», me parece super triste, en mi colegio siempre ha estado presente la música, la danza y el teatro, eran cosas que potenciaban, y no puedo imaginar un colegio donde prohíban esas cosas tan bonitas para el alma. Y encima vas y te haces maestro de danza oriental, ole tus huevos!
Otra cosa impactante es que no usen la escritura!!! diossssssss… tradiciones y tradiciones transmitidas oralmente? Qué gran responsabilidad para este colectivo, pues deben asegurar que toda su cultura se transmita correctamente de padres a hijos, nietos, etc…
Me ha fascinado, de verdad, me la volveré a leer, que he aprovechado un momento de calma y soy muy impaciente.
26/09/1011
Carolina¡FELICIDADES!
ES UNA BELLEZA DE ENTREVISTA.