Los libros del Antiguo Testamento, más allá del dogma religioso que puedan representar, son una fuente histórica y literaria que nos sirve para conocer la historia, tradición, leyendas y costumbres del pueblo hebreo. Como tal tradición, el mundo de la música y la danza también aparecen descritos como expresiones de la cultura de dicho pueblo.
Los distintos libros del Antiguo Testamento son producto de una tradición oral transmitida de padres a hijos y que empezó a ser escrita y recopilada en tiempos del rey David (1040-966 a.C) pero las fechas extremas del desarrollo del Antiguo y parte del Nuevo Testamento son desde el 1250 a.C, momento en que se desarrolla el libro del Éxodo, hasta el año 5 de nuestra era.
El marco geográfico en el que nos encontramos (ver mapa) es el antiguo reino de Israel (Israel y parte de Siria y Jordania) y el contexto cultural, desde el siglo XIII a.C hasta el siglo VI de nuestra era, fue el de un pueblo que convivió bajo la influencia de los Imperios Egipcios, Mesopotámicos, Persa, Griego y Romano.
Si hay algo que destaca en los escritos del Antiguo Testamento es la narración de la experiencia del pueblo de Israel, por lo que, en lo referido a la danza, se centra más en el carácter popular y espontáneo del baile que en las danzas nobles. Todo ello acompañado de algunas descripciones de los instrumentos de música, vestimenta o complementos que nos ayudan a comprender cómo era la danza en la antigüedad.
LA DANZA
El papel de la mujer fue muy importante en el desarrollo del baile y la música y, en numerosos pasajes del Antiguo Testamento, son ellas las protagonistas que salen espontáneamente a mostrar la alegría por medio de la danza. En el Éxodo, una vez alcanzado el Mar Rojo «María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron detrás de ella con panderos y danzas» (Ex. 15, 20). En el libro de los Jueces, cuando Jefté volvió a su casa «su hija salió a recibirle con panderetas y danzas» (Jueces 11, 34) y en el mismo libro los hijos de Benjamín «tomaron esposas conforme a su número, raptándolas de entre las que danzaban» (Jueces 21, 23). Cuando David regresó de matar a Goliat «salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando (…) y cantaban las mujeres que danzaban, diciendo: Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles» (Samuel I 18, 6-7).
También los hombres de forma separada hacían sus danzas de alabanza como por ejemplo el rey David que «danzaba con toda su fuerza delante de Jehová» (Samuel II 6, 14).
Quizás no es lo más frecuente en la antigüedad pero también es posible que tanto hombres y mujeres se aunaran para dar muestras de alegría a través del baile. Moisés, al bajar del Monte Sión «llegó él al campamento y vio el becerro y las danzas» entendiendo las que realizaba su pueblo (Éxodo 32, 19). De nuevo encontramos cómo «David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová» (Samuel II 6, 5). En la alabanza de Jeremías al pueblo de Israel dice «Entonces la virgen se regocijará en la danza, los jóvenes y los ancianos juntamente«. (Jer. 31, 13).
En contraste con el sentir popular de la danza y la improvisación, tan sólo el pasaje del Nuevo Testamento del baile de Salomé explicaría una danza más privada y sensual que se ofrecía en los círculos cortesanos. El texto nos narra que en la fiesta de cumpleaños de Herodes «daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea / entrando la hija de Herodías, danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa; y el rey dijo a la muchacha: Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré» (Mc 6, 21-22; Mt. 14, 6). Son muchas las representaciones que sobre el tema de Salomé se han dando en la Historia del Arte y por ello considero que merece un artículo aparte.
LA MÚSICA
La expresión de la danza siempre estuvo acompañada de instrumentos musicales que seguramente provienen de la influencia egipcia. Los panderos, los tamboriles, arpas, flautas o címbalos (crótalos) son mencionados en diversos pasajes. Al rey Saúl se le recibe «con tamboriles y con cantos de júbilo y con otros instrumentos musicales» (Samuel 18, 6-7) y el rey David danza junto «con toda clase de instrumentos de madera de haya, con arpas, salterios (qanún), panderos, flautas y címbalos» (Samuel II 6, 5). En el Salmo 149 se reza que «Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten» y en el 150 que lo hagan «a son de trompeta; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flauta. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo«.
Igualmente en las Crónicas se alababa «con trompetas y címbalos para los que tocaban, y con otros instrumentos de música de Dios» (Crónicas I 16, 42-43) así como «los príncipes y los trompeteros junto al rey, y todo el pueblo del país se regocijaba, y tocaba trompetas, y los cantores con instrumentos de música dirigían la alabanza» (Crónicas II 23, 13)
LA VESTIMENTA Y ADORNOS
Si hay un pasaje en el que nos describe cómo era el vestuario de la mujer y los adornos que llevaba puestos para acompañar al júbilo de la danza, éste es el de Isaías cuando nos describe que la hijas de Sión «son altivas y andan con cuello erguido y ojos desvergonzados, que caminan como si danzaran, haciendo sonar los adornos de sus pies» y como castigo «el Señor quitará la hermosura de los adornos de sus tobillos, y las redecillas, y las lunetas, / los collares y los brazaletes, y los velos, / las cofias, y los adornos de las piernas, y las cintas, los pomitos de olor, y los zarcillos / los anillos, y los joyeles de la nariz, / las ropas de gala, y los mantoncillos, y las capas, y las bolsas, / los espejos, y los linos finos, y los tocados y las gasas» (Isaías 3, 16-23).
CONCLUSIONES
Gracias a algunos de estos pasajes que hemos citado de la Biblia, podemos entresacar algunas características generales de cómo era la danza, la música y el vestuario en el pueblo de Israel:
- Las danzas eran una expresión popular.
- Hombres y mujeres bailaban por separado, aunque sin descartar algunos momentos de forma conjunta.
- La danza popular es vistosa, sonora y con el ánimo de ser disfrutada huyendo de la sensualidad y la provocación.
- Tan sólo en los círculos privados podía tener un carácter más sensual.
- Los instrumentos utilizados para acompañar la danza era instrumentos de cuerda, aire y percusión tomados por tradición del Antiguo Egipto.
- Aunque de carácter popular, la mujer danzaba acompañada de numerosos complementos y adornos que provocaban la sonoridad, la vistosidad y el movimiento como simbolismo del júbilo.
BIBLIOGRAFÍA
- La Biblia
- BACCHIOCCHI, Samuele: «El baile en la Biblia» en Diálogo Universitario.
- MONTESINOS, Rafael: «La danza y el culto» en El mensaje de la Biblia.
- Cronología Bíblica del Antiguo Testamento en MIAPIC.
- La mujer y la danza en el Orientalismo del XIX - 01/03/2015
- Mujer, música y baile en el Arte Omeya - 08/12/2014
- El baile en el arte sasánida - 18/11/2014
2 Responses to “Danza, música y vestuario en el Antiguo Testamento”
05/10/2017
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10/10/2014
Idoia GaraiEl arte, la cultura y la politica siempre han ido de la mano….. En la historia de la humanidad.