Por Gemma Martí.
Cuando vi en persona a Helena Rull impartiendo un taller en un pueblecito de Granada, recién llegada de un viaje y agotada, pero enseñando y bailando con una gran sonrisa pensé que era una mujer con ángel. Su mirada azul es cautivadora y, su sonrisa, inspiradora. Os invito a que la conozcáis un poquito más. Merece la pena.
¿Cuánto tiempo hace que descubriste la danza oriental?
No lo ubico exactamente en el tiempo. Recuerdo los veranos con mis padres en Tánger, que en el Hotel salía una bailarina en las fiestas temáticas que hacían por las noches. En esa época era una niña e intentaba imitar los movimientos. Pasaron los años, y en la Granada de principios de los 90, vino una profesora de Madrid, Teresa Niembro, que llevaba muchísimos años bailando, e inmediatamente me apunté a sus clases. Eso suponía salir dos veces de casa en lugar de estudiar, pero mi madre me vio con tanta ilusión que me pagó la mensualidad.
¿Qué fue lo que despertó en ti esta danza para que te dedicaras profesionalmente a ella?
Siempre la Danza Oriental ha sido mi pasión. Cuando estaba triste me daba alegría. En general, es la que me ha ayudado en todo, me ha dado amistades, constancia y fortaleza. Hasta hace unos años no decidí dedicarme profesionalmente. Aunque llevaba bailando y actuando desde los 18 años, me habían educado de una manera más convencional y en Granada era poco viable en años anteriores dedicarse profesionalmente, pero al final el destino me puso oportunidades demasiadas veces y me convenció de que la danza oriental sería mi profesión.
Has viajado por muchos países de oriente medio e incluso viviste en Jordania una temporada. ¿Cómo se vive allí la danza?
Bueno, muy diferente. La danza oriental, tal como la conocemos, se practica en Amman de manera no profesional en las fiestas, cumpleaños… Realmente lo que más se baila en las celebraciones es el Dabkeh. De hecho, allí es donde empecé a aprender estos folclores. Hay unos códigos culturales que limitan la danza oriental en su vestuario y su difusión, aunque este verano estuve de nuevo visitando la ciudad y las cosas han cambiado mucho, y es posible encontrar alguna bailarina en un restaurante. Muy al contrario que en Beirut (Líbano) donde la danza oriental está de moda.
Actualmente eres vicepresidenta de la asociación granadina de danza oriental y has abierto recientemente una nueva academia de danza en Granada. Todo esto conlleva muchísimo esfuerzo y dedicación. ¿Qué es lo que te hace seguir adelante? ¿Qué es lo que te inspira?
El apoyo de mis alumnas es imprescindible. Recibo muchas muestras de cariño cada día. Algunas alumnas llevan conmigo más de 10 años, eso es un orgullo. Además, de la escuela están naciendo muchas profesoras que comienzan a tener nombre a nivel de Andalucía y algunos grupos de danza oriental. Me encanta ver la ilusión y esfuerzo de mis alumnas que me recuerdan a cuando yo empecé. Un aplauso después de una actuación o tras una clase es el trabajo mejor pagado.
¿Crees que en Granada, con todo el peso histórico de Al-Andalus, se vive más intensamente la danza oriental que en cualquier otra zona de nuestro país?
Podemos hablar que hay escenarios más adecuados y lindos para bailar que quizá en otros lugares, aunque particularmente la calidad y la intensidad de cada bailarina es el resultado de su esfuerzo y pasión.
Sí es cierto que en Granada existen determinados lugares preciosos para bailar… junto a olor a jazmín, arquitectura árabe y miradores a la Alhambra… y eso te inspira…
¿Has actuado alguna vez en la Alhambra? ¿Cómo fue ese momento rodeada de leyenda y de historia? ¿Qué sentiste?
Sí, bailé en la Alhambra, concretamente en el Patio de los Leones, para un reportaje para Tele 5 hace unos diez años, cuando en Granada no era conocida la danza oriental. Tanto el técnico como la fotógrafa estaban nerviosos por el pase para grabar. No lo pude disfrutar porque estábamos pendientes de que fuera posible la grabación.
¿Qué valores intentas transmitir a tus alumnas/os?
Humildad, profesionalidad, trabajo y amistad.
De todas las profesoras/es con los que has tenido oportunidad de aprender ¿con quien te quedas y por qué razón?
¡¡¡Me quedaría con todas!!! Pero Sadie (EEUU), además de ser magnifica profesora y maravillosa bailarina brilla tanto en el escenario por el corazón tan grande que lleva dentro. Una de las veces que actuó en Granada levantó a todo el público envueltos en aplausos de un teatro lleno, mientras las más de 30 bailarinas en backstage rompimos el protocolo y comenzamos a aplaudir tras el escenario. Fue el momento más mágico que he vivido en la Danza Oriental. La considero mi amiga, tras ese cuerpo espectacular hay una niña humilde, sencilla, llena de bondad y generosidad. Es una inspiración para nosotras, ya que es una diva en el escenario y la más humilde en los vestuarios.
¿Alguna vez te has llevado alguna decepción con algún profesional de renombre?
Después de haber trabajado con muchas bailarinas internacionales mi teoría se confirma: cuanto más grandes más humildes, trabajadoras y profesionales.
Me he llevado decepción con alguna bailarina sin renombre, que intenta no informar de los talleres que se organizan en su misma ciudad, o desprestigiar a las bailarinas mundiales para evitar que sus alumnas acudan o aprovecharse del trabajo de otras bailarinas e incluso inventar algo para que coincida en fecha con el evento que tú organizas. Siempre es una minoría y me imagino que ocurre en todas las profesiones. Me quedo con muchas imágenes de grandes bailarinas, su vestuario, su preparación, su técnica, su constancia…
¿Recuerdas como fue tu primer contacto con un escenario? ¿Qué les dices a tus alumnas cuando van a pisar un escenario por primera vez? ¿Tienes algún consejo mágico?
Siempre me ha gustado el escenario. Ya desde pequeña hacía teatro… y disfruto mucho bailando. Mi primer contacto en un escenario bailando fue en una boda y me sentí como si siempre hubiera estado actuando frente a centenares de personas. A mis alumnas les aconsejo seguridad encima de un escenario, y la importancia de la improvisación ante cualquier imprevisto.
Dime la anécdota más divertida que te haya pasado encima de un escenario y cómo lo solucionaste.
Puff, me han pasado muchas cosas. Siempre intento improvisar ante cualquier inconveniente. La última vez que recuerdo fue en la India, bailando junto a una compañera una coreografía noté como el enganche del sujetador del vestido se había soltado, seguí hasta el final muy estirada sacando pecho para que no se me moviera nada de ningún lugar. La improvisación era limitada porque estaba en una coreografía perfectamente atada y cualquier paso fuera de lugar era evidente. Lo peor es que soy la persona más tímida del mundo y sería un terror para mí cualquier destape, bueno, y más en la India. Al final nadie se dio cuenta.
Creo que eres una persona inquieta porque veo que no paras de organizar eventos, de llevar profesores nacionales e internacionales a Granada para dar oportunidad a la gente de que aprenda con diferentes profesores. No paras de formarte, de aprender no solo danza si no también la lengua árabe… y siempre con una gran sonrisa ¿Cual es el secreto de tu felicidad?
A pesar de tener un día duro, cuando comienzo a bailar e impartir las clases me doy cuenta de que se me dibuja una sonrisa en mi cara. A veces pienso para mis adentros: Helena, ¿por qué estás tan feliz? Yo misma me lo pregunto, jajaja.
Muchas gracias por concederme esta entrevista. Creo que eres una persona adorable, luchadora, que no tienes problemas en difundir tu danza desde el pueblo más chiquitín a la ciudad más grande y hermosa, y que eres humilde con lo que enseñas y con lo que aportas a los demás. Muchas gracias Helena. ¡Y nos vemos en Granada!
¡Gracias a ti, guapa!
One Response to “Arte y sonrisa en Granada… Helena Rull”
26/01/2011
EncarnaClaro que si! Estoy muy de acuerdo en la humildad de Elena, yo llevo ya más de cinco años con ella y continuaré hasta que pueda, porque es muy cierto que en la danza encuentras felicidad. Adelante preciosa, que tu si que vales. Un abrazo.