Por Larissa Vesci.
Después de haber escrito la palabra FIN en el texto original de «Arte y Femineidad: La Danza de la Diosa» me quedó una profunda reflexión que cerró un círculo devolviéndome al principio.
La femineidad tiene varias caras aunque una esencia primigenia…
Observé como si todo se hubiese creado desde una especie de analépsis. El final era el principio… El principio resultó el final y es que, analizando al primer ser que me inspiró a «hacer preguntas» acerca de la femineidad y sus estereotipos, cuando la veía embelleciéndose en los días de luto por la muerte de uno de sus hijos, es decir, mi propia madre, llegué a la conclusión de que para entonces se comportaba como una genuina Afrodita acicalándose cada vez con más intensidad, decorando con belleza y a hasta con puntos de frivolidad la habitación del hospital en donde habitó su hijo los meses finales de su existencia; le celebró fiestas cada vez que pudo, a la vez que lo complacía en todo, y no se separaba de su lecho de enfermedad, nutriéndolo, atendiéndolo con el más grande esmero, como una auténtica Deméter; se vistió de Hestia a fin de dar calor emocional y atención a sus otros dos hijos; también de Hera para atender a la perfección a su propio marido, mi padre, con quien permaneció todo el tiempo en esos largos e intensos días. Junto a él, igualmente, se comportaba como perfecta anfitriona con todos los que se acercaban a hacer visitas a mi hermanito. Y, como una auténtica Atenea, gerenció con excelencia el entierro de su propio hijo. También la vi caer y ahogarse en las aguas de la más desgarradora fragilidad como una indefensa niña «Core«… Meses después del fallecimiento de su hijo, cual Artemisa, fue capaz de poner tierra de por medio con el dolor y arriesgarse a buscar un refrescante ideal, vivir en otro pais lejano junto a su familia y, finalmente, en diferentes etapas, fui testigo de su dolorosa y profunda transformación vital para convertirse en una sabia Hécate. Sin duda, vivir la muerte anunciada de su hijo varón mayor, Rubén Darío, marcó un antes y un después en su vida, en el que la vi vestirse con los diferentes ropajes de la feminidad con indiscutible gracia y elegancia.
Definitivamente, no es cuestión de «ser o no ser mujer«, «ser o no ser femenina«. La femineidad tiene varias caras aunque una esencia primigenia…
¿HAY MÁS?
Cuanto más sabemos de la mujer más intuimos que habrá por descubrir…
Encallar un barco en las costas del Mar de la Feminidad puede producir diversas sensaciones y emociones. No obstante, hay un denominador común: la curiosidad… No hay ser animal o divino que produzca más inquietud y fascinación que la hembra de la especie humana. Cuanto más sabemos de una mujer y, sobretodo si la fuente de información o motivo de inspiración es una mujer, más intuimos que habrá por descubrir…
Como todo mar, éste reacciona ante los buenos tiempos; ante las tormentas. Conociendo aún más la naturaleza de cada faz divina de la hembra humana nos enteramos de que las hijas de las diosas del amor tienen tendencia a tener problemas con el sentido del tiempo: la impuntualidad; hacer pocas cosas en mucho tiempo o explicar hasta el minímo detalle con muchas palabras y amaneramiento son características que, a veces, las hacen insoportables. Asimismo, las hijas de Atenea disgustan al petrificar a un interlocutor con sus argumentos defendiendo determinada tesis o postura (en el mito de Medusa observamos al climax de la dureza de Atenea). La volubilidad de las hijas de Perséfone es otro incordio, así como la torpeza de la serena Hestia en el trato para con quienes son ajenos a su círculo. Por otra parte, molesta la tendencia de las Artemisas al extremar las defensas de sus ideales al punto de hacerle daño a los mismos (un claro ejemplo es el de las feministas a ultranza que, en muchos casos, han afectado a las propias mujeres induciéndoles a entrar en una abierta competencia con los hombres) o la fácil inclinación a la cavilación por parte de las hijas de Hécate. Igualmente, Deméter, en sus días oscuros, es proclive a crear matriz de opinión dentro de un grupo familiar a favor o en contra de un miembro desde una situación abiertamente matriarcal y directiva. Por último está el caso del excesivo control, al punto de intromisión, que las hijas de Hera llevan a cabo con su pareja o los asuntos de esta…
Conocimiento y tolerancia son las palabras clave en este mundo de ARTE Y FEMINEIDAD.
Existen días agradables y días desagradables para cada diosa. Sin embargo, a sabiendas de que hay diversos trajes de femineidad para escoger, cada mujer, a consciencia, puede elegir cuándo y cómo vestir uno que ayude al propio bienestar dentro de una postura ecológica; así como también entender y comprender que las demás mujeres están hechas de la misma materia prima humana y divina que la propia. Conocimiento y tolerancia son palabras claves en este interesantísimo mundo de ARTE Y FEMINEIDAD.
Para lo que ha de venir a continuación extraigo de los archivos del tiempo y el recuerdo el caso de un cuento corto que escribí para un trabajo final a la edad de 10 años, liderando a un grupo de compañeritas de clase. Trataba de dioses que querían servir a la humanidad convirtiéndose en reyes… ¿Anécdotas en esos días? ¡¡Muchas!!. Comenzando porque al estudiar en un colegio católico de gran prestigio regido por monjas dominicas fui dulcemente conducida por quien era mi profesora, Sor Ana, para cambiar lo de dioses por animalitos… Así que los animalitos bajaron del cielo y se convirtieron en adorables y serviciales reyes… El cuento y la presentación escénica cambió. Fue entrañable, pero la idea de los «dioses» siguió rondando en mi cabeza aún mucho tiempo después…
En este contexto no serán los dioses, sino las diosas, quienes vengan a servir a los humanos. Para hacer el «cuento» más real vamos a asignarle un reino a cada diosa. En la Tierra serán a partir de ahora regidoras de un espacio llamado «Reino Mutante» por obra y gracia de la Medicina Tradicional China y los fundamentos Taoístas.
Bienvenidos a este interesante espacio de sanación y conocimiento de la feminidad…
Y… ¿Cómo se llama la esencia primigenia de la feminidad de acuerdo al Taoísmo?
YIN, que junto al YANG (principio masculino de creación opuesto y complementario) conforman el TAO.
Y, ¿cómo se llamará cada Reino?
– Agua
– Madera
– Fuego
– Tierra
– Metal
Los 5 reinos mutantes, como 5 elementos son dominios esenciales en la divinidad de cada mujer… En su espíritu, en su alma (unicidad) y en su cuerpo.
¡¡Hasta pronto, reinas!!… Nos encontraremos el próximo miércoles en el «Reino del Agua«.
Índice de «Arte y Femineidad»:
Capítulo 1: Ruptura de paradigmas.
Capítulo 2: Preparando la fórmula de «mujer de éxito».
Capítulo 3: A punto de conseguir la fórmula secreta del éxito.
Capítulo 4: Arquetipos femeninos: Deméter y Perséfone.
Capítulo 5: Arquetipos femeninos: Hécate y Hera.
Capítulo 6: Arquetipos femeninos: Atenea y Artemisa.
Capítulo 7: Arquetipos femeninos: Hestia y Afrodita.
Capítulo 8: Es posible ser la mujer exitosa que queremos ser.
Capítulo 9: Los 5 Reinos Mutantes.
Capítulo 10: Los 5 reinos mutantes: Reino del Agua.
Capítulo 11: Los 5 reinos mutantes: Reino de la Madera.
Capítulo 12: Los 5 reinos mutantes: Reino del Fuego.
Capítulo 13: Los 5 reinos mutantes: Reino de la Tierra.
Capítulo 14: Los 5 reinos mutantes: Reino del Metal.
Epílogo: Entre Diosas y Reinas.
2 Responses to “Los 5 reinos mutantes”
10/03/2014
La Danza y los 5 Reinos Mutantes | La Danza de la Vida[…] buscarlo, encontré una serie de artículos que hablan justamente de éste tema y que empiezan con: Arte y Femineidad: Los 5 Reinos Mutantes. Los leí con cuidado y hoy quiero hacer un resumen y aportar mi grano de arena al […]
21/07/2012
GemmaImpresionante la fuerza interior de la madre de la autora. Hay mujeres que valen un imperio, que tienen una fuerza que parece sobrenatural para encajar los obstáculos que la vida va poniendo en su camino, y que por muy derrotadas que estén, consiguen salir a flote, una y otra vez.
Siento admiración por esa madre e igualmente admiración por la autora de este artículo, porque también tuvo que ser fuerte para encajar todo lo que estaba viviendo.
Es emocionante ver que ya con 10 años la mente creativa de Larissa andaba con los dioses, es hermoso!!!!!!
Estoy descubriendo el largo camino y la bella historia de «Arte y Feminidad: la danza de la diosa» y estoy encantada y emocionada de saber, el gran trabajo y experiencia que hay detrás de todo esto.
Impaciente ya por leer «Reino del Agua» , soy como una niña que espera su premio semanal, su caramelo, su regalo, o su revista favorita, esa que sale un dia a la semana, y cada miércoles estoy pendiente de una nueva publicación en Añil.
Larissa Vesci….tu si eres una DIOSA.