Por Larissa Vesci.
«La naturaleza no tiene deseos. Sin deseos el corazón alcanza la tranquilidad. Y así el Mundo en su totalidad puede permanecer en calma». Tao Te Ching.
Reino del Fuego.
Generado por la madera, surge el elemento fuego, el cual controla al metal y es dominado por el agua. Representa el máximo yang o la vida en su apogeo. Por tanto, es de esperarse que en este reino exista más sofisticación en su status de regencia que en otros reinos. En el mismo se manifiestan dos tipos de fuego vitales para el organismo: el de tipo «solar» y el de tipo «horno».
Su sede es el corazón como órgano y el intestino delgado como viscera o entraña. También están presentes en este reino el maestro de corazón (pericardio) y el triple recalentador, cuyos canales energéticos no tienen sustento orgánico, aunque se asocia con la regulación del metabolismo de los seres vivos y la vehiculización de las energías celestes y humanas.
Es importante entender que, en este reino, el corazón, que es el «emperador» de todos los órganos, está protegido por el maestro de corazón (que podríamos comparar con un «primer ministro«), también de correspondencia yin y que tiene la función primordial de proteger o de filtrar al emperador los impactos de las energías consideradas como perversas de acuerdo a la concepción de la Medicina Tradicional China (MTC). Como complemento yang, si bien el intestino delgado lo es para el corazón, el maestro de corazón posee lo propio con el triple recalentador. Este componente se encarga de la coordinación y regulación de los tres fogones del cuerpo. El superior, que se localiza desde el diafragma hacia arriba; el medio, que se ubica entre el diafragma y el ombligo y el inferior, desde el ombligo hacia abajo. Asimismo, existe una conexión importante entre el Triple Recalentador y los riñones siendo estos controladores de la energía original de la persona.
«De lo que abunda en el corazón, habla la boca.» Lucas 6:45
El Reino del Fuego hospeda al Gran Espíritu Universal. Es decir, a la porción de llama única universal que mora en cada uno, viene desde el cielo y nos conecta divinamente con todos. Es por tanto, hogar de la mente o energía psíquica. Su color es el rojo y su sabor es el amargo. Los sentimientos que lo gobiernan son la alegría y la tristeza. Su puerta es la boca/lengua. A propósito de ello es pertinente hacer referencia al principio bíblico en el Nuevo Testamento: «…de lo que abunda en el corazón, habla la boca» (Lucas 6:45).
Es importante señalar en este punto que para la Medicina Tradicional China la alegría no está necesariamente asociada a un estado de bienestar general (el que proviene de aquel que el taoísmo señala como generado por el «no deseo») sino a una situación de agitación. Por tanto, la alegría desbordante, dentro de este sistema, daña al corazón.
He aquí algunos ejemplos que indican algún desequilibrio en este reino: mala memoria, insomnio, palpitaciones, dolores de cabeza, problemas con el habla, tendencia a la depresión, cabello seco, cara opaca, úlceras en la boca, apetencia anormal por el alcohol (fuera de las dos copas recomendadas para ser bebidas diariamente para apoyar la armonía de este reino, como el vino tinto), café, té u otras bebidas amargas, hormigueo y ciertos tipos de dolores en las extremidades superiores, rigidez en la nuca, voz muy alta o muy baja, comportamientos maníacos, exceso de ideas dispersas en la cabeza, soberbia o arrogancia.
En la mujer, el protagonismo de los temas relacionados con este reino se observa entre los 14-21 (etapa del fuego máximo en las féminas), 49-56 (¿la segunda juventud?) y 84-91 años de edad.
Nota para las danzarinas: Dentro de este reino hay un punto llamado»Lào Gông o Palacio de las fatigas«. Éste sintetiza nuestro darma-karma, sangre y pensamiento… Es bueno presionarlo para vencer la timidez y soportar el cansancio. Se ubica de la siguiente manera: flexionando todos los dedos hacia la palma de la mano, a excepción del pulgar, justo en su lado hueco, es el punto que se encuentra entre el dedo medio y el anular (una vez flexionados los dedos).
En cuanto a las danzas que nos conectan fácilmente con este reino tenemos, por una parte, la Danza Romaní Turca. Su tipo de contracción abdominal ayuda a activar a los «tres fogones» del cuerpo a los que nos referimos con anterioridad, a la vez que contribuye a conectar directamente con el lado emocional de permanente mutación tristeza/alegría. Esta tristeza y alegría son regentes del elemento fuego tan propio del pueblo Rom, tanto de forma (su papel en la metalería) como de fondo, pues ha sido perseguido desde siempre, siendo una sociedad que ha podido convertir sus tristezas en expresiones de alegría, así como su quehacer diario con danzas llena de vitalidad (al punto de supervivencia) transitando a menudo, de forma inconsciente, entre dos emociones sustentadoras de lo que conocemos como amor.
Precisamente nuestra reflexión acerca de este reino tiene que ver con el amor. El amor celestial se asocia con el no deseo o no juicio: cuando no se desea, existe el bienestar. Se da y recibe incondicionalmente, atemporalmente.
Por otra parte el amor manifestado en el lado humano está ligado al contacto emocional de la permanente alegría-tristeza. Verbo y gracia; cuando una madre da a luz un hijo, llora de emoción, de alegría. No obstante, dentro de esa alegría hay un dejo mínimo de tristeza original: aquella que lleva a sentir instintivamente la futura posible pérdida de su hijo. Con tal nacimiento la alegría viene acompañada permanentemente de la tristeza (por ejemplo, se enferma el hijo o en algún momento de desaparición de éste, aunque sea momentánea, la madre sufre). La sola posibilidad de falta de bienestar de su criatura (que es motivo de alegría de su vida) causa en sí misma la tristeza de su progenitora.
La tristeza es conveniente expresarla.
Sucede igualmente con los amantes, en cuyas emociones conviven los fuegos de las alegrías de los encuentros con las tristezas de los desencuentros. Por otro lado, nuevamente en el terreno humano: ¿Es saludable estar triste? La respuesta es «sí». Un estado de tristeza pasajera ocasionada por una situación que lo amerite de forma natural es conveniente expresarla. Las tristezas guardadas o no lloradas, tarde o temprano, «pasan factura» y muy seguramente en algún momento a futuro, atacarían a la piel, al pulmón u otra parte del sistema respiratorio. ¿Y el exceso de alegría hace daño? «Sí». Por ejemplo, muchas noches de felices juergas, durante mucho tiempo, desequilibran al Reino del Fuego. (Probablemente no se equivocaban las abuelas de antaño cuando instintivamente y obedeciendo a una creencia popular les decían a las niñas de la familia: «no te rías mucho o terminarás llorando el doble»).
Para cerrar este fascinante círculo, otra danza que complementa equilibradamente el circuíto corazón-intestino delgado y maestro de corazón-triple recalentador, tenemos esta demostración de Danza Fusión Oriental por Colleena Shakti, en la que los brazos, espacio que alberga al meridiano del corazón, expresan el fuego solar de este reino, dejándole proyectar su luz y su calor vital. Y es que, además, los brazos componen a una de las formas de las que habla el corazón. En sus movimientos, su cabeza acompaña bellamente a los brazos, algo significativo en el Reino del Fuego, pues es justo en la cabeza en donde se encuentra el punto de máximo «Yang» del cuerpo humano.
Índice de «Arte y Femineidad»:
Capítulo 1: Ruptura de paradigmas.
Capítulo 2: Preparando la fórmula de «mujer de éxito».
Capítulo 3: A punto de conseguir la fórmula secreta del éxito.
Capítulo 4: Arquetipos femeninos: Deméter y Perséfone.
Capítulo 5: Arquetipos femeninos: Hécate y Hera.
Capítulo 6: Arquetipos femeninos: Atenea y Artemisa.
Capítulo 7: Arquetipos femeninos: Hestia y Afrodita.
Capítulo 8: Es posible ser la mujer exitosa que queremos ser.
Capítulo 9: Los 5 Reinos Mutantes.
Capítulo 10: Los 5 reinos mutantes: Reino del Agua.
Capítulo 11: Los 5 reinos mutantes: Reino de la Madera.
Capítulo 12: Los 5 reinos mutantes: Reino del Fuego.
Capítulo 13: Los 5 reinos mutantes: Reino de la Tierra.
Capítulo 14: Los 5 reinos mutantes: Reino del Metal.
Epílogo: Entre Diosas y Reinas.
One Response to “Los 5 reinos mutantes: Reino del Fuego”
07/12/2018
MartaSugerentes y fascinantes los textos, las fotografías también lo son…pena que las mujeres que bailamos que no somos jóvenes, bellas, perfectas y armoniosas quedemos en la sombra de los no «mostrables».