Por Zuel.
El Cairo, desde la revolución de 2011, tiene dificultades para levantar cabeza. El turismo no es lo que era y la danza del vientre, uno de los bastiones culturales del país, intenta sobrevivir entre las arenas movedizas de la contradicción.
La primavera árabe pasó de ilusionar a decepcionar tras el golpe de Estado de 2013. La gente de la calle no quiere hablar de política y prefieren no ver las noticias ni leer los periódicos. Todo se ha tornado deprimente y la desconfianza hace que el poluto aire que se respira sea aún más denso.
En los alrededores del Museo de El Cairo y la plaza Tahrir, epicentro turístico de la ciudad donde otrora los viajeros se abarrotaban, hay grafitis alusivos a la situación política de Egipto y pinturas que homenajean a los mártires de la revolución.
El frenesí del tráfico diario y su sonido de bocinas sigue siendo incesante. Sin embargo El Cairo, ciudad de la que se dice que no duerme, empieza a echar de menos la que fue su pujante vida nocturna. Algunos dicen que la decadencia viene desde los años 70, cuando Egipto sufrió una ola de conservadurismo social, político y religioso tras haber vivido una época de esplendor cultural heredado del espíritu panarabista de Nasser. La puntilla a esta agonía de la vida nocturna está siendo la conflictiva situación política actual.
Lejos quedan ya los tiempos en que el Teatro de la Ópera se llenaba de familias para ver las creaciones de Mahmoud Reda y Farida Fahmy, o el Auberge de Pyramids quedaba abarrotado de un enfebrecido público para ver a Dalilah. Entonces la danza era uno de los símbolos del orgullo nacional egipcio.
Esta decadencia en el ocio y la cultura afecta a la danza oriental, cuyo prestigio tampoco pasa por el mejor momento. Las viejas salas de fiestas agonizan con un escaso público, mayoritariamente masculino, que fuma en sisha y se muestra apático ante los espectáculos. Las bailarinas, con provocativos trajes y maquillajes exuberantes, tampoco despiertan el entusiasmo de antaño. ¿Ha sido el arte sustituido por exhibicionismo?
Los festivales de danza oriental que se organizan para turistas siguen teniendo público, pero son completamente ajenos a los circuitos culturales egipcios, amén del desprestigio que sufren ya entre las participantes. Sobre estos festivales cae la sospecha de que están pensados no para difundir un baile cultural, sino para hacer negocio haciendo creer a las turistas que cumplen el sueño de bailar en Egipto.
La adulteración de la danza oriental está a la orden del día. Esto podría ser más o menos comprensible en occidente, donde vemos la danza con ojos diferentes y con un concepto distinto, pero también pasa en Egipto, lo que resulta aún más preocupante.
NI CONTIGO NI SIN TI
Egipto mantiene una relación de amor-odio con el baile. Las bailarinas son marginadas y estigmatizadas por ser consideradas inmorales, pero a la vez se las contrata para amenizar bodas y celebraciones. Y todo el mundo baila. Está en los genes de la gente desde hace miles de años.
Las bailarinas egipcias tienen que protegerse y ocultar su profesión debido a la fuerte presión social. Las turistas que van a bailar a El Cairo se encuentran a menudo con situaciones embarazosas cuando reconocen abiertamente que les gusta la danza o que son bailarinas.
También los programas de televisión dedicados a la danza del vientre están envueltos en la polémica. Tienen gran éxito a la vez que son criticados como telebasura y, por descontado, son censurados por las autoridades.
¿A qué se debe este amor-odio por una tradición cultural milenaria en Egipto? ¿Es por falta de cultura e información? ¿Es posible que haya bailarinas que traspasan la línea de lo moralmente correcto? ¿Quién marca esa línea? ¿Los programas de televisión sobre danza son realmente culturales o simples reality shows?
¿Y en occidente? ¿Nos interesa la cultura o preferimos bailar desde el ego? ¿Es posible que estemos enseñando una danza artificial creyendo que realmente enseñamos algo genuinamente egipcio?
¿Tiene remedio todo esto o forma ya parte de la historia de la danza oriental? Reflexionemos.
4 Responses to “Danza oriental: arte versus exhibicionismo en El Cairo de hoy”
30/06/2015
RBAEsto es ¡genial! No he leído algo como esto desde hace mucho . Es agradable hallar a alguien con algunas ideas propias sobre este tema. Este sitio web es algo que se necesita en Internet , alguien con un poco de sinceridad. Un trabajo útil para traer algo nuevo a la red. Gracias de todos lo que te leemos.
04/03/2015
Dolores M.Un punto de vista muy acertado. Gracias por compartir.
09/02/2015
jasmin mariaOlá! I can say that all the girll from Brazil love bellydance. In Brazil we love dance. We spend time after work to learn some diferent dance. There are many dance school for all the place from Brazil. Dance for many girls from Brazil is the bes way to relax.
07/02/2015
Eliana MônacoExcelente material y critica sobre la danza oriental . Creo que la concorrência e la ocidentalização da danza , fez com que la esssencia da danza como arte se perca em el comercialização da arte. esse es uno empezo para pensarmos novamente la arte del danza del vientre. Gracias!