Por Boris Handal.
Alguien afirmó que cuando hablábamos castellano, en realidad estábamos hablando árabe sin saberlo. Por favor, querido lector, lea a continuación el siguiente texto y pregúntese usted mismo, cuánto ha entendido.
“El alfarero alquilaba un bazar en Guadalajara, un almacén azul cerca de la aduana y del alcalde, con una alacena para el arroz, el aceite, las aceitunas, alforjas de garbanzos, los alfajores, un fardo de limones y naranjas, los caramelos, arrobas de azúcar y quintales de café. En un rincón, junto al almanaque, la alfombra y el tambor, se dibujaba la azuzena, el alhelí y los lozanos jazmines.
El alguacil de la aldea, un alférez, golpeó adrede a un fulano en la mazmorra porque el haragán robó los candiles, las aquilatadas alhajas y los zafiros del sofá del almirante y del anaquel taraceado de marfil. Ojalá le quiten el dinero.
El alfeñique y el albañil se carcajeaban mezquinamente hasta jadear, y en jerga, de los zaguanes del arrabal por sus adobes carmesí baratos. El zutano zapateaba en la azotea sobando su jarro de alcohol”.
¡Felicitaciones! Usted ya puede hablar árabe. El 95% de los sustantivos, verbos, adverbios y adjetivos en este texto provienen del árabe. Ya puede estar pensando en la dimensión de la herencia árabe-islámica dentro de usted. Más aún, debemos tener en cuenta, que entre otras contribuciones a la lingüística castellana se encuentra la pronunciación linguo-dental de la z y el uso de la h aspirada.
Resultaba también que un número de clásicos de la literatura europea se había inspirado en ideas y temas populares. Entre ellos se consideran a Lope de Vega, Calderón de la Barca, Cervantes, Quevedo y otros escritores europeos como Dante, La Fontaine, Andersen y Grimm.
Otros nombres de ciudades y apellidos de procedencia ibérica tienen también su equivalencia árabe o viceversa como: Bambalunah (Pamplona), Belad Ulid (Valladolid), Qadis (Cádiz), Malaka (Málaga), Antaquira (Antequera), Lixbuna (Lisboa), Tulaytulah (Toledo), Sarakosta (Zaragoza), Jazirat Shuvr (Alcira), Alcoyil (Alcoy), Al-Akant (Alicante), Al-Basit (Albacete), Al-Qantara (Alcantara), Al-Qa’lah an Nahr (Alcalá de Henares), Gharnatah (Granada) y Al-Jazirah al-Khadra (Algeciras). Asimismo, los siguientes nombres de lugares pueden ser contados en esta herencia cultural: Jabuira (Evora), Corduba (Córdoba), Batalyaws (Badajoz), Almunecar, Al-Mariyah (Almeria), Wadi-Ash (Guadix), Jayyan (Jaén), Salmanica (Salamanca), Majrit (Madrid), Abula (Ávila), Wadi al-Hijarah (Guadalajara), Al-Manza (Almansa), Kalat Ayub (Calatayud), Jerunda (Gerona), Lareda (Lérida), Dyaca (Jaca), Al Kacerwes (Cáceres), entre muchos otros. Intercambios culturales se dieron también indirectamente en áreas como la danza, la cocina, etc. For ejemplo, los términos albóndiga y almíbar, vienen del árabe.
2 Responses to “Aprender a hablar árabe en dos minutos”
12/04/2016
jorge sanchezHola, yo recomiendo aprender árabe online, hay páginas que cuentan con profesores calificados y el método de enseñanza es por medio de Skype donde uno puede escoger el tiempo que decida tomar la clase.
03/09/2013
alxibiadesdios este contigo